
EL MENDIGO Mío es el mundo: como el aire libre, otros trabajan porque coma yo; todos se ablandan si doliente pido una limosna por amor de Dios. El palacio, la cabaña son mi asilo, si del ábrego el furor troncha el roble en la montaña, o que inunda la campaña El torrente asolador. Y a la hoguera me hacen lado los pastores con amor. Y sin pena y descuidado de su cena ceno yo, o en la rica chimenea, que recrea con su olor, me regalo codicioso del banquete suntüoso con las sobras de un señor. Y me digo: el viento brama, caiga furioso turbión; que al son que cruje de la seca leña, libre me duermo sin rencor ni amor. Mío es el mundo como el aire libre... Todos son mis bienhechores, y por todos a Dios ruego con fervor; de villanos y señores yo recibo los favores sin estima y sin amor. Ni pregunto quiénes sean, ni me obligo a agradecer; que mis rezos si desean, dar limosna es un deber. Y es pecado la riqueza: la pobreza santidad: ...